Teoría del Yin Yang

La naturaleza yin o yang de las cosas no es absoluta, sino meros símbolos que resultan prácticos para representar dos aspectos opuestos, y al mismo tiempo, complementarios e independientes: dos aspectos opuestos que se unen a una sola unidad.

Un elemento será yin o yang sólo cuando lo relacionamos con otro elemento. Y esta relatividad se traduce, por un lado, como la trasformación muta entre el yin y el yang respecto a una condición determinada; es decir el yin puede transformarse en yang y el yang en yin.

En anatomía y fisiología, el yin se usa en relación al estado estructural de los órganos del cuerpo y el yang, para sus respectivas funciones. Por ejemplo, existe un desequilibrio entre el yin y el yang cuando un órgano deja de funcionar bien, aunque conserve intacta su estructura.

Cuando hablamos sobre los órganos internos aplicamos también el principio yin – yang, el yin se refiere a los cinco órganos que almacenan: hígado, corazón, estómago, bazo, pulmones y riñones, mientras que el yang se refiere a los seis órganos que trasforman: estomago, intestino delgado, vejiga, intestino grueso y triple recalentador. Estos órganos están conectados mediante canales energéticos.

Por ejemplo, si una enfermedad de la vesícula interrumpe el flujo de la energía que va al hígado, se producirá un desequilibrio del yin y el yang en el hígado.

Desde el punto de vista de la fisiopatología, el concepto yin – yang encaja perfectamente en el razonamiento de las funciones vitales.

Por ejemplo el corazón alterna el sístoles con el diástoles, el pulmón inspiración y expiración. En el sistema nervioso autónomo también encontramos esta polaridad, de contraste funcional, el sistema simpático que predomina durante el día, y el parasimpático por la noche.

Desde del paradigma oriental las enfermedades crónicas son consideradas yin y las enfermedades agudas yang.

El yang también se le asocia al calor, al fuego, a la sequedad, la rapidez, arriba, masculino, etc.

Al yin se le asocia el frio, la humedad, el agua, la lentitud, la noche, el verano, abajo, la primavera, lo femenino, etc.

Equilibrio Entre el Yin y el Yang

Puede que en determinados momentos uno de ellos destaque sobre el otro. Lo importante es que se mantenga un equilibrio total. Si por alguna causa este equilibrio se ve perturbado de forma continua, la salud se puede volver frágil o puede aparecer la enfermedad. Por eso es importante que el intercambio entre el yin y el yang sea armonioso.

Un desequilibrio en estos dos conceptos puede ser debido a:

– Una deficiencia o exceso de yin, o a
– Una deficiencia o exceso de yang.

Por ejemplo, una deficiencia de yin puede ser resultado de una insuficiencia de yin o de un exceso de yang. Nuestra resistencia natural se considera yin. Si por algún motivo, como el exceso de preocupación o de cansancio, esta resistencia se debilita, se puede producir una deficiencia de yin, y como consecuencia no podremos hacer frente a los microorganismos patógenos que nos rodean (como hongos, virus o bacterias). Este desequilibrio del yin y el yang que produce la enfermedad se debe a una deficiencia de yin.

En circunstancias normales, estos microorganismos, que en este caso se representan como yang, no nos perjudicarían, no porque se haya producido un cambio en la cantidad ni en la potencia de los microorganismos, sino porque ha disminuido nuestra propia resistencia que es yin.

Como la enfermedad es el resultado de un desequilibrio del yin y del yang, el método de curación debería de consistir en recuperar ese equilibrio.
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